Por cuarto año consecutivo y coincidiendo con el fin de semana posterior a la celebración de la Quebrantahuesos, se celebró el 4º Reto ASDES, esta vez con la firme intención de ayudar a Yara, una nena que padece diferentes patologías, entre ellas, espina bífida, cardiopatía y un alto grado de dependencia.
El reto comienza con la presentación del mismo, el pasado 23 de mayo, como siempre en las instalaciones de Skoda Zaratecno en Zaragoza. Allí estábamos los artífices del reto, ASDES y todos los voluntarios y patrocinadores, así como el inestimable apoyo de la Guardia Civil.
Por desgracia no pudo acudir Yara, pero eso hacía que todos tuviéramos más ganas aun de llegar a Teruel el 29 de julio. Tras las presentaciones de rigor y toda la parafernalia que lleva la presentación, pasamos al rico piscolabis para dejar todo bien preparado para iniciar el reto, este año con el hastag #aruedaporyara y el lema «Pedaleando por una sonrisa».
El día del reto me levanto a las 4 de la mañana en Villanúa, nuestro campamento base , y a las 5:50 con las luces puestas salgo como un cohete dirección Jaca, al cuartel de la Guardia Civil donde me espera el coche guía y más tarde me alcanzará Pili, mi mujer, y Paz la conductora del coche escoba. En Jaca ya me quito el chaleco, los 8 grados que marca el Garmin hasta se agradecen…
Salimos antes de tiempo, unos 10 minutos, para evitar el calorazo que nos va a esperar. Dirección Puente de la Reina desde Jaca, las piernas están muy frescas, la moral está por las nubes y con unas ganas locas de llegar a Teruel a ver a Yara, Alejandra y Miguel que nos esperaran allí. (Alejandra y Miguel son los beneficiarios del 2º y 3º reto respectivamente) Nuestros niños nos esperan, y digo «nuestros» porque todos los que participamos en este reto somos familia.
Al llegar a Puente la Reina comienza la subida poco a poco hasta el alto de Santa Bárbara, paso el aciago lugar donde hace 2 años, me rompí no pudiendo terminar… lo paso volando y casi en la cima de Santa Bárbara sopla el levante. La segunda mitad del reto va a estar condicionada por el aire, como el año pasado, aun así me lanzo cuesta abajo para llegar cuanto antes a Ayerbe, donde me espera Alfonso, que me llevará hasta Almudevar.
Vamos dejando atrás lugares de ensueño hasta llegar a los Mallos de Riglos y alcanzamos Ayerbe sorteando el último repecho. Nos encontramos con Alfonso, comenzamos los relevos y mejorando la media cada vez más. La Sotonera nos espera y el secarral nos comienza a rodear, la temperatura sube poco a poco y las ganas también.
En Almudevar nos está esperando mi buen amigo Julio, uno de los participantes de las 8000 millas contra el Cancer, que ha venido expresamente desde Noja (Cantabria) para ayudarme. In extremis llega los chicos del C.C. Utebo que nos llevan en volandas dirección Zaragoza. No rodamos, volamos…y los kilómetros caen como churros. También nos alcanzan mis buenos amigos Manu y Gloria. Finalmente aparecen las torres del Pilar en el horizonte y la media es espectacular 36,5 de media me marca mi Garmin en los primeros 180 kms.
Cruzamos Zaragoza, el calor ya es insoportable y solo son las 11:20 cuando llegamos a la gasolinera de Valdespartera, donde nos esperan los compis de C.C. Iberia y otro buen amigo Jordi que ha venido desde Binéfar para acompañarme hasta Teruel. Sopla el bochorno de cara, casi ardiendo, aun así vamos rápido dirección Mainar y hasta llegar allí deberemos sufrir. Cerca de Longares decidimos hacer una parada en una fuente y nos refrescamos todos, los 44º grados de temperatura pasan factura y hemos de pasarlo lo mejor posible.
Poco a poco nos acercamos a Paniza, el punto de inflexión, algunos han ido quedándose por el camino, pero los chicos de Iberia son unos superclase y nos dejan en Mainar. Han hecho un trabajo de gregarios de lujo, increíble con el calor que hace, les damos las gracias y continuamos dirección Daroca, allí nos recogerán los amigos del C.C. Los Lobos que nos llevaran hasta Teruel.
El tramo de enlace Mainar-Daroca lo hacemos los cuatro jinetes del Apocalipsis, Alfonso, Julito, Jordi y yo, bajamos el Retascón y por fin llegamos a Daroca. Nos encontramos con los del C.C. Lobos, nos refrescamos e iniciamos la última etapa del reto.
Ahora los kilómetros son más pesados, no bajamos de los 40 grados y bebemos agua e isotónicos sin parar. Vamos dejando atrás las localidades de Calamocha, Caminreal, Monreal del Campo y hacemos una última parada en Santa Eulalia, para volver a refrescarnos y que algún componente se quite las zapatillas y se relaje un poco… El trabajo está hecho, ya con 340 kilómetros en las piernas todos tenemos en mente a Yara y el resto que nos esperan en la Comandancia de la Guardia Civil.
Teruel existe y aparece ante nuestros ojos, bajamos como misiles y nos enfrentamos a la última subida del día. Poco a poco llegamos a nuestro destino, con gregarios así cualquiera gana una Grand boucle, casi con 11 horas y 30 minutos de ruta alcanzamos la rotonda de acceso a la comandancia y paramos.
Bajamos de nuestras monturas y Yara me abraza. Estoy (Estamos) tan cansados que casi me tira.. es un abrazo de vida, de amor, ese amor tan puro y desinteresado que solo te puede dar un niño. Alguien me sujeta la bici y cojo en brazos a Yara, todos aplauden, reímos, lloramos y nos desahogamos.
Yara está feliz, también los otros nenes que nos han venido a ver. El dolor de los 362 kilómetros ha sido temporal y todos los entrenamientos, todas esas horas fuera de casa preparando el reto, ya no tienen importancia. El agradecimiento es para siempre, todos aprendemos una lección de vida, de esas que te cambian.
Una reflexión final para terminar la crónica. Si en este mundo todos fuéramos tan buenos y sinceros como Yara, Alejandra y Miguel. ¿Viviríamos en un mundo mejor?
Ya es hora de que nos ayudemos los unos a los otros.
Un mundo mejor es posible.
Y aquí el documental de nuestro amigo Jordi, muchas gracias.
A golpe de pedal 